viernes, 11 de diciembre de 2009

Segundo entierro de Victor Jarra " Todo los chilenos le recordarn", " Fue una muerte injusta y se tiene que hacer justicia", son algunas de las palabras que decian los chilenos el 5 de diciembre de 2009






































Víctor Jara

Biografía
Víctor Jara nació el 28 de septiembre de 1932 hijo de padres campesinos, inquilinos de la pequeña localidad de Quiriquina, perteneciente en ese entonces al Departamento de Bulnes, actualmente San Ignacio, en donde se arraiga un profundo folclore. Su padre, Manuel Jara, trabajaba en las labores propias del campo en la parcela de alquiler. Su madre, Amanda, originaria del sur de Chile, tocaba la guitarra y cantaba. La familia se completaba con María, Georgina (Coca), Eduardo (Lalo), Víctor y Roberto, el menor.
A la edad de seis o siete años, Víctor Jara conoció a Patricia Cáceres y se vio obligado a acompañar en los trabajos del campo a su familia. La actividad de vocalista de su madre le produjo el primer contacto con la música. La mala relación con su padre provocó que Víctor se uniera más a su madre, quien se preocupó de la educación de los hijos mandándolos a la escuela.
Se trasladaron a la población Los Nogales, donde volvió a encontrarse con Julio y Humberto Morgado, compañeros de la escuela primaria. La familia Morgado proporcionó a Víctor comida y alojamiento. Víctor dejó los estudios y trabajó en una fábrica de muebles, ayudando a Pedro Morgado, padre de sus compañeros, en su trabajo de transportista. Su madre muere cuando Víctor contaba con 15 años de edad, esto significa la disolución del núcleo familiar.
Dos años después, en 1952, abandonaría el seminario al darse cuenta de su falta de vocación, del que recordaría el canto gregoriano y la parte de interpretación de la liturgia. Al salir del seminario prestó el servicio militar.
A los 21 años, después del servicio militar, entra en el coro de la Universidad de Chile y participa en el montaje de Carmina Burana,[] comenzando así su trabajo de investigación y recopilación folclórica. Tres años más tarde forma parte de la Compañía de Mimos de Noisvander, una compañía de teatro, y empieza a estudiar actuación y dirección en la Escuela Teatro de la Universidad de Chile. A modo de anécdota, como no tenía dónde dormir, además de su permanente investigación, pernoctaba en inmediaciones de la escuela, muestra del sacrificio que para él significó dedicar su vida al arte.[2]
En 1957 entra a formar parte del grupo de cantos y danzas folclóricas Cuncumén y conoce a Violeta Parra, quien lo anima a seguir cantando.
Con 27 años, en 1959 dirige su primera obra de teatro Parecido a la felicidad, de Alejandro Sieveking, haciendo giras por varios países latinoamericanos. Como solista del grupo folclórico graba su primer disco, un sencillo que contenía dos villancicos chilenos. Al año siguiente participa como asistente de dirección en el montaje de La viuda de Apablaza, de Germán Luco Cruchaga, cuyo director era Pedro de la Barra, y dirige la obra La mandrágora, de Machiavello. En 1961 y como director artístico del grupo Cuncumén viaja por Holanda, Francia, Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Bulgaria.
En 1961 compone su primera canción, Paloma quiero contarte y sigue trabajando como asistente de dirección en el montaje de La madre de los conejos, de Alejandro Sieveking. Al año siguiente, 1962, dirigiría para Ituch la obra Ánimas de día claro, de Alejandro Sieveking.
Graba con el grupo Cuncumén el LP Folclore chileno, donde tiene dos canciones propias: Paloma quiero contarte y La canción del minero. Comienza a desempeñar la función de director en la Academia de Folclore de la Casa de la Cultura de Ñuñoa, funciones que desempeñaría hasta 1968. En esa misma época y hasta 1970 forma parte del equipo estable de directores del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile, Ituch, y entre 1964 y 1967 es profesor de actuación en la universidad.
El trabajo de dirección teatral le lleva mucho tiempo y realiza, bien como asistente de dirección o como director, varios montajes, entre ellos uno para la televisión (para Canal, la TV de la Universidad de Chile), realizando una gira por Argentina, Uruguay y Paraguay con la obra Ánimas de día claro, de Alejandro Sieveking. En 1963, es asistente de dirección de Atahualpa del Cioppo, en el montaje de El círculo de tiza, de Bertolt Brecht, para el Ituch.
Sigue componiendo música, y en 1965 dirige la obra La remolienda, de Alejandro Sieveking, y el montaje de La maña, de Ann Jellicoe, para el Ictus, por las que recibe el premio Laurel de Oro como mejor director y el premio La Crítica del Círculo de Periodistas a la mejor dirección por La Maña.
Cantautor

"El amor a la justicia como instrumento del equilibrio para la dignidad del hombre", oración de Victor Jara.
Ejerce como director artístico para el grupo Quilapayún entre los años 1966 y 1969, y hasta 1970 actúa como solista en La Peña de los Parra. Sigue cantando y dirigiendo obras de teatro, y en 1966 graba su primer disco LP, Víctor Jara, editado por Arena.
Con la casa Emi-Odeón grabaría el año siguiente los LP Víctor Jara y Canciones folclóricas de América, junto a Quilapayún.
Sigue trabajando como director teatral y monta de nuevo La remolienda, recibiendo el premio de La Crítica por la dirección de Entretenimiento a Mr. Sloane, y el Disco de Plata del Sello Emi-Odeón.
En 1969 monta la obra Antígonas, de Sófocles, para la Compañía de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Con la canción Plegaria a un labrador gana el primer premio en el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, y viaja a Helsinki para participar en un Mitin Mundial de Jóvenes por Vietnam y graba Pongo en tus manos abiertas.
A este álbum pertenece el tema Preguntas por Puerto Montt, inspirado en la Masacre de Pampa Irigoin (Puerto Montt), en la que murieron 11 personas, bajo la represión policial del gobierno de Eduardo Frei Montalva. En esa canción critica duramente al ministro de Interior Edmundo Pérez Zújovic, luego asesinado delante de su hija (el 8 de junio de 1971) por el grupo Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), que le descerrajaron 9 balazos.
"Usted debe responder, señor Pérez Zújovic, porqué al pueblo indefenso, contestaron con fusil. Señor Pérez su conciencia la enterró en un ataúd y no limpiarán sus manos toda la lluvia del sur."
En el Chile de hoy, numerosas calles y obras públicas llevan el nombre del ministro.
En 1970 participa en Berlín en la Conversación Internacional de Teatro y en Buenos Aires en el Primer Congreso de Teatro Latinoamericano. Se implica en la campaña electoral de la Unidad Popular y saca el disco Canto libre.
Es nombrado Embajador Cultural del Gobierno de la Unidad Popular, y en 1971 pone música, junto con Celso Garrido Lecca, al ballet Los siete estados, de Patricio Bunster, para el Ballet Nacional de Chile. Junto a Isabel Parra e Inti-Illimani entra en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado. Con la casa Dicap edita el disco El derecho de vivir en paz, que le vale el premio Laurel de Oro a la mejor composición del año.
Trabaja como compositor de música para continuidad en la Televisión Nacional de Chile desde 1972 hasta 1973, e investiga y recopila testimonios en Herminda de la Victoria, en los cuales basaría su disco La población. Viaja a la URSS y a Cuba, y dirige el homenaje a Pablo Neruda por la obtención del Premio Nobel.
Los campesinos de Ránquil lo invitan a la realización de una obra musical sobre el lugar, y dentro de su compromiso social toma parte en los trabajos voluntarios para impedir la paralización del país causada por la huelga de camioneros.
Ese mismo compromiso lo llevará en 1973 a realizar diferentes actos, participando en la campaña electoral para las elecciones al parlamento a favor de los candidatos de la Unidad Popular y, respondiendo a un llamado de Pablo Neruda, participa dirigiendo y cantando en un ciclo de programas de televisión contra la guerra y el fascismo. Trabaja en varios discos que no podrá grabar, y realiza la grabación de Canto por travesura
Tortura y asesinato
El Golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de ese año lo sorprende en la Universidad Técnica del Estado, y es detenido junto a profesores y alumnos. Lo llevan al Estadio Chile (actualmente "estadio Víctor Jara", lugar en el que hay una placa en su honor con su último poema), donde permanece detenido varios días. Según numerosos testimonios, lo torturan durante horas, le golpean las manos hasta rompérselas con la culata de un revólver y finalmente lo acribillan el día 16 de septiembre. El cuerpo es encontrado el día 19 del mismo mes.
Fue un destacado militante del Partido Comunista de Chile, siendo miembro del comité central de las Juventudes Comunistas de Chile hasta el momento de su asesinato. Estando preso escribió su último poema y testimonio: Somos cinco mi.
Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.Somos cinco mil¿Cuántos seremos en totalen las ciudades y en todo el país?Solo aquídiez mil manos siembrany hacen andar las fábricas.¡Cuánta humanidadcon hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
En 1990 la Comisión de Verdad y Reconciliación determinó que Víctor Jara fue acribillado con 44 disparos el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile y que fue arrojado a unos matorrales en los alrededores del Cementerio Metropolitano, ubicado a orillas de la Carretera 5 Sur. Luego fue llevado a la morgue, donde le asignaron las siglas NN y donde más tarde sería identificado por su esposa, la coreógrafa inglesa Joan Turner. Sus restos fueron enterrados en el Cementerio General de Santiago de Chile.
Como homenaje a su memoria, a 30 años del golpe militar, en septiembre del 2003 se puso su nombre al hasta ese momento Estadio Chile.
El 29 de mayo de 2009, la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile ratificó el encarcelamiento del ex soldado del ejército José Paredes Márquez, quien fue acusado del asesinato del cantante. Para aquel momento Paredes Márquez era un recluta del ejército chileno que tenía 18 años. Él declaró que al momento de acribillar el cuerpo, Víctor Jara ya había fallecido, debido a un disparo en la cabeza que le propinó un oficial de ejército, por lo que el juez que investiga la causa ordenó la exhumación de sus restos, para que se les practicase una segunda autopsia.
En junio del año 2009 se exhumaron, por orden judicial dentro de la causa que investiga su asesinato, los restos mortales de Víctor Jara para la realización de un estudio que determinara las causas precisas de la muerte. El 27 de noviembre de ese mismo año la Fundación Víctor Jara hace público el resultado del estudio. El informe, del Servicio Médico Legal (SML) de Chile y ratificado por el Instituto Genético de Innsbruck en Austria, señala que el artista murió a consecuencia de "múltiples fracturas por heridas de bala que provocaron un shock hemorrágico en un contexto de tipo homicida" y que fue golpeado y torturado durante su paso por el Estadio Chile, donde estuvo detenido. Se destaca que se han encontrado más de 30 lesiones óseas producto de fracturas provocadas por heridas de proyectil y otras provocadas por objetos contundentes, diferentes a las heridas de balas.

l


CANCION DE CUNA PARA UN NIÑO VAGO

La luna en el agua
va por la ciudad,
bajo el puente un niño
sueña con volar.
La ciudad lo encierra
jaula de metal,
el niño envejece
sin saber jugar.

Cuantos como tu vagaran,
el dinero es todo para amar,
amargos los dias,
si no hay.

Duermete mi niño,
nadie va a gritar,
la vida es tan dura
debes descansar.
Otros cuatro niños
te van a ayudar,
la luna en el agua
va por la ciudad.

Cuantos como tu vagaran,
el dinero es todo para amar,
amargos los dias,
si no hay.

Duermete mi niño,
nadie va a gritar,
la luna en el agua
va por la ciudad.

5 de Diciembre del 2009

segundo entierro de Víctor Jara
Se enterró a Víctor Jara por segunda vez. Quien amó tanto la vida, 36 años después, vuelve a pasear su muerte.
A quien dice: dejad en paz a los muertos, les respondo: ¿están los muertos en paz? ¿Estamos en paz con ellos?
Desde los suburbios de Santiago, desde la falda de su madre, cantora, desde los sueños de su pueblo con los que aliñaba sus canciones, Víctor Jara, como Margot Loyola, Violeta Parra o Héctor Pávez, recopiló y revalorizó los cantos campesinos. Su profunda identificación con el pueblo fue casi mística. Como la Violeta, que le mostró el camino, vivió con ellos, se hizo piel y sangre de ellos para, desde el hombre provinciano, alcanzar lo universal y de forma irrevocable, con profundas convicciones, asumir su condición de artista comprometido.
Así fue hasta que acallaron brutalmente su voz el 16 de septiembre de 1973 y algo quedó truncado para siempre.
A diferencia de la primera vez en la que Joan Turner, su mujer, depositó sin responsos, a escondidas, sus maltratados restos en un nicho del Cementerio General de Santiago apenas acompañada por un amigo y el funcionario que reconoció el cadáver en la morgue, serán miles los que estarán a su lado. Ahí se han de juntar los viejos compañeros de lucha, supervivientes de la dictadura y del exilio con muchachas y muchachos que han crecido llevando sus canciones en la boca. Habrá hijos de reprimidos pero también de represores. Llegarán obreros de las poblaciones y campesinos de los valles a unirse a los mineros que, oliendo a cobre, bajarán desde Calama.
Mujeres y hombres de toda condición irán de la mano recordando a Amanda.
Esta vez Joan Turner no caminará sola. A su lado marchará una multitud que, nadie lo olvide, 36 años después del crimen, sigue clamando justicia.
http://www.youtube.com/watch?v=HDMcuCSBvvw